Dr. Edwin Ibarra
Al ser reconocidos como hijos de Dios, gozamos de muchos privilegios que vamos a destacar. Aunque la vida cristiana por sí misma puede tornarse complicada, gozar de semejantes privilegios bien vale la pena.
LA SEGURIDAD DE LA VICTORIA
“Sólo nos queda decir que, si Dios está de nuestra parte, nadie podrá estar en contra de nosotros.”
Romanos 8:31 TLAD
“En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, quien nos amó, nos dará la victoria total.”
Romanos 8:37 TLAD
Imagínese entrar a una batalla sabiendo anticipadamente que ya se ganó?
Estar en un proceso de enfermedad sabiéndose ya sano?
Da confianza y tranquilidad saber que Jesus ya ganó cualquier batalla presente y futura por nosotros
LA GENEROSIDAD DE DIOS
“Dios no nos negó ni siquiera a su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros, así que también nos dará junto con él todas las cosas.”
Romanos 8:32 TLAD
En el mundo actual la pobreza de toda índole está a la orden del día. Sufrimos por las carencias espirituales de nuestra vida que muchos son inclinados hacia el suicidio sin esperanza.
Otros pasan una vida de carencias materiales, sufriendo en carne propia los embates de la pobreza, separaciones familiares a causa de buscar nuevos horizontes económicos.
Lo interesante es que nadie debería sufrir todo esto teniendo en cuenta que la generosidad de Dios cubre cada necesidad del hombre a través de Jesucristo su Hijo, en quien tenemos TODO.
Cuál es la alternativa entonces? Pues acogernos a su sombra de generosidad que está dispuesta para todos.
LA JUSTIFICACIÓN DE DIOS
“¿Quién puede acusar de algo malo a los que Dios ha elegido? ¡Si Dios mismo los ha declarado inocentes!”
Romanos 8:33 TLAD
Uno de los mayores sufrimientos del ser humano tiene que ver con la sensación de culpabilidad a causa de su vida apartada de Dios. Dicha sensación en vez de acercarlo a El, lo aleja más.
Pero ese panorama cambió en la Cruz. A través de ella, fuimos justificados. Que significa esto? Que siendo culpables, nos declaro inocentes. Que estando condenados, El pago la condena. Que estando muertos, nos dio vida juntamente con El.
Así que ninguna condenación hay para los que estamos en El.
LA INTERCESIÓN DE JESÚS
“¿Puede alguien castigarlos? ¡De ninguna manera, pues Jesucristo murió por ellos! Es más, Jesucristo resucitó, y ahora está a la derecha de Dios, rogando por nosotros.”
Romanos 8:34 TLAD
Por si fuera poco todo esto previamente descrito, El sigue intercediendo por nosotros ante el Padre. Sabe de nuestra humanidad, defectos, fallas a sus instrucciones además de contar con nuestro enemigo acusador, que cada día pone el peso de la culpabilidad sobre nuestros hombros.
Sin embargo, su acción de intercesión por nosotros sobrepasa cualquier juicio que cualquiera pueda emitir si te nosotros
Una palabra final.
Al ir a la cruz, fue tanto su Amor que en su muerte, nos abrió a la vida a todos. Si, así es. A todos. A todos los que deseen aceptar este sacrificio y esta paternidad que tiene benéficos terrenales pero que también trasciende la eternidad.
Dr. Edwin Ibarra
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